Cuidados:
Luz indirecta brillante:
El Pothos variegado necesita buena luminosidad para mantener sus manchas blancas o crema bien definidas. Si recibe poca luz, la variegación se reduce y las hojas se vuelven más verdes. Evita el sol directo, que puede quemar sus hojas delicadas.
Riego moderado:
Regar cuando los primeros 2–3 cm del sustrato estén secos. Suelen bastar riegos cada 7–10 días en época cálida y algo menos en invierno. Es una planta resistente y agradecida, pero sensible al exceso de agua: prefiere un ligero secado entre riegos.
Humedad normal o ligeramente alta:
Tolera bien la humedad típica de un hogar, aunque agradece ambientes un poco más húmedos. Puedes pulverizar de vez en cuando si el clima es muy seco, pero no es imprescindible para su crecimiento.
Prefiere un sustrato suelto y bien drenante, ideal para plantas verdes. Es una trepadora por naturaleza: puedes dejarla caer en cascada o guiarla por un tutor para que sus hojas crezcan más grandes y vistosas. Con buena luz, su variegación se mantendrá vibrante y su crecimiento será rápido.
