Luz indirecta brillante:
La Alocasia Frydek Variegada necesita mucha luz suave para mantener sus manchas blancas y ese verde aterciopelado tan característico. La variegación requiere más energía, así que cuanto más luminosa la zona (sin sol directo), mejor crecerá y más definidas estarán sus hojas.
Riego regular pero preciso:
Regar cuando los primeros 2–3 cm del sustrato estén secos. En primavera y verano suele necesitar riegos cada 4–7 días; en invierno, espacia más. Es importante mantener un punto de humedad constante sin encharcar, ya que sus raíces son delicadas y sensibles al exceso de agua.
Humedad alta:
Como buena Alocasia, agradece una humedad ambiental del 60–80%. Si el ambiente es seco, usa humidificador, un plato con guijarros húmedos o colócala junto a otras plantas. La humedad alta favorece hojas más grandes, firmes y con variegación marcada.
Necesita un sustrato aireado y drenante: mezcla para aroides con corteza de pino, fibra de coco y perlita. Sus raíces gruesas y su rizoma necesitan espacio para crecer con fuerza. Con la luz adecuada, irá sacando hojas nuevas cada vez más espectaculares, aunque es normal que la planta pase por fases de reposo.
